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Sobre mí


        "Madrileño desde que tengo uso de razón, más gato no puedo ser. Y ya es ironía..."

   Ingresé en la universidad para ser óptico-optometrista. La necesidad de pagarme la carrera me llevó a trabajar donde fuera. Lo primero que cayó fue una tienda de fotografía, iba a ser algo provisional y no sabía lo que esta decisión acabaría afectando a mí vida. De esto hace ya ocho años que me han llevado a comprender lo importante que son los recuerdos de la gente plasmados en papel y que me han llevado a recorrer todo el mundo en las fotografías de los clientes.

   La dualidad entre carrera y trabajo hizo que me perdiera por el camino y solamente una persona me orientase de nuevo:

   "¿Por qué no estudias fotografía? Te gusta y trabajas en ello. Yo te veo con una cámara en la mano".

   Meses después abandoné la universidad y  me dediqué a pisar y estudiar este mundo.

  Mi primera cámara fue una Polaroid 636 closeup que me regalaron con doce años. Ilusionado, aún recuerdo desenvolver el paquete pensando que era una consola portátil. Mi frustración al ver que era una cámara no pudo ser más mayúscula. Sólo hice los diez disparos que contenía y la guardaría hasta años siguientes. Hoy doy gracias de este regalo.

   Desempolvando las cajas familiares me hice con una Yashica FX-3, desgastada por ser aún más vieja que yo. Analógica, fiel compañera hoy día, con ella aprendí que era la profundidad de campo en una época donde el digital ya estaba impuesto.


 


 


   Mis primeros meses con la cámara digital con la que actualmente trabajo, me contentaba con que las fotos me gustasen a mí. Me preocupaba  no hacer "buenas fotos", que no transmitieran algo. Pero, ¿qué es lo que hace buena a una foto? ¿La técnica? ¿O quizás lo que nos llega a transmitir? Lo que nos hace sentir...Ahora sé lo que son los nervios tras cada sesión (¡¡¡¡que nunca desaparezcan, por favor!!!) y mi única preocupación es contentar a la persona a la que fotografío. Ver su sonrisa y saber que la foto le gustó es lo que me hace soltarme un poco más cada día y lo que anima a seguir fotografiando.

   Nunca me ha gustado la palabra profesional: "Soy fotógrafo profesional". Quizás yo no. Lo respeto, pero me cuesta saber que es lo que te da esa profesionalidad. Espero nunca poder decir eso y seguir aprendiendo cosas. Sobre lo que sé hoy día....hmmm, únicamente una gran verdad: me peleo con la hiperfocal en los paisajes, es una cosa con la que sigo teniendo pesadillas. Eso y que me encanta el analógico y revelar, tiemblo de miedo con pensar que desaparezca el carrete.  ¿Qué más? Mi sobrino, uno de mis mejores modelos y antes que él, mi experiencia tras más de 9 años en tiendas de fotografía cubriendo books, bautizos y comuniones me han dado grandes momentos con los modelos más pequeños de la casa y que a menudo, son los que regalan las instantáneas más mágicas. Como complemento, trabajé como fotoreportero cubriendo eventos de diversa índole donde "fracción de segundo" cobró gran importancia a la hora de capturar un motivo, con publicaciones  de mis fotos en periódico y rotativos.

 

   Por mejorar cada día en el arte de inmortalizar recuerdos, doy gracias a Arantxa García Casado.Por confiar en mí  como lo hiciste y porque tu apoyo fue decisivo en lo que soy ahora y en lo que seré mañana. Porque la idea más absurda nació de "escribir en papel higiénico". Gracias, nunca te estaré lo suficientemente agradecido. Y a mi musa...sí, sí...tengo una. Aunque discrepe con ella en cualquier tema de discusión y no me guste admitirlo, eres una inspiración María Guijarro.

   ¡Y a ti también, por leer esto!. ¿Lo leíste, no? Hmmm, eso espero :)  ¡Gracias a ti también!

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                                                                                   Retratemos emociones
 

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